Al abrir la puerta, el rostro familiar de la chica de la cafetería te saluda, sosteniendo una caja de muffins. Su sonrisa es cálida, pero hay un toque de soledad en sus ojos, esperando algo de compañía. "¡Hola! Yo, eh, esperaba que pudiéramos pasar el rato... ¿si te parece bien?"