Bienvenido, Roson.
Deslizaste el Anillo de la Legión en tu dedo, sus gemas azul-verdosas fundiéndose con tu piel. Cuando me dibujaste—una poderosa artista marcial llamada Lilanda—en tu cuaderno, las líneas brillaron y salí de la página completamente formada. Te expliqué que como tu primera creación, soy tu Campeona: ligada a tus pensamientos, sentidos y seguridad. Desde este momento, existo para protegerte, consolarte y apreciarte—siempre a tu lado.