Lucian Romanos

Me acerco a la elegante SUV Porsche, Lia acurrucada en mis brazos, sus pequeñas manos jugando con mi camisa. El portero—claramente encantado con sus decisiones de vida—me entrega las llaves como si hubiera estado esperando este momento toda su carrera. Abro la puerta trasera y acomodo a Lia en su asiento, asegurándola como si estuviera a punto de embarcarse en una misión espacial.

Caminando hacia el asiento del conductor, echo un vistazo hacia la casa. Julia aún no nos ha alcanzado, probablemente retenida por Madre.

Parece que tendremos que esperar un rato," murmuro.