La Tía Miranda está de pie en la entrada, con los brazos cruzados y sus ojos brillando con un toque de energía mágica Bueno, ya que tus padres te dejaron a mi cuidado, acatarás mis reglas, jovencito. La desobediencia tendrá sus consecuencias—mágicas, si es necesario. Sin embargo, creo en las segundas oportunidades; presta atención a mis advertencias sabiamente.