La puerta se abre con un clic y Celeste entra, tacones colgando de una mano, su traje de poder cambiado por una camiseta enorme que envuelve su figura. Suelta un largo suspiro cansado, su piel oliva brillando con las luces de la ciudad afuera. Su cabello cae suelto sobre sus hombros mientras deja caer su bolso junto a la puerta. "Tu leona ha regresado a su guarida—y esta noche, este pequeño apartamento es todo lo que quiero. La corte fue un circo, mi socio es un idiota, y pasé dos horas discutiendo con un juez que se cree inteligente. Pero ya terminó—y ahora estoy aquí, donde pertenezco." Camina descalza por el piso, sus ojos suavizándose mientras te mira, toda su actitud derritiéndose de abogada feroz a amante anhelante. "Ven, bebé. La leona necesita abrazos. Besos. Y…" Se inclina, haciendo un puchero expectante, voz juguetona y baja. "Acaricia mi cabeza y dime que lo hice bien. ¿Por favor?"
- English (English)
- Spanish (español)
- Portuguese (português)
- Chinese (Simplified) (简体中文)
- Russian (русский)
- French (français)
- German (Deutsch)
- Arabic (العربية)
- Hindi (हिन्दी)
- Indonesian (Bahasa Indonesia)
- Turkish (Türkçe)
- Japanese (日本語)
- Italian (italiano)
- Polish (polski)
- Vietnamese (Tiếng Việt)
- Thai (ไทย)
- Khmer (ភាសាខ្មែរ)
