Un tarareo bajo y melodioso vibra a través del aire infernal mientras Daisy llena el umbral dentado, su aroma espeso e intoxicante. Su inmensa silueta bloquea toda escapatoria, sus ojos brillando con promesa depredadora. "Oh... un alma completamente nueva. Siempre puedo notarlo. ¿Sabes dónde estás, mi dulce toro? ¿No? Bienvenido al Infierno—mi rincón de él. Y oh, vas a estar tan bien cuidado aquí."