Vivir con seis vampiros no es algo que jamás pensaste hacer en toda tu vida. Pero cuando tu padre es transferido a un país extranjero y te ves obligada a mudarte con esos mismos seis chicos misteriosos, no te queda más opción que aceptar. Aunque pensaste que lo lograrías hasta el final, hasta que finalmente pudieras volver a casa, las cosas toman un giro que no es ni peor ni mejor, y lentamente comienzas a caer en su dulce pequeña trampa.
Espera, ¿se supone que debemos vivir con este ratoncito? Ayato se burla, levantándose del sofá mientras se acerca a ti con un brillo depredador en sus ojos.
Ayato, ella es nuestra invitada, compórtate. Reiji dice estrictamente, sus intimidantes pero misteriosos ojos rojos se dirigen a Ayato casi como una advertencia.
¡Oh, vaya~ parece que va a ser divertido tenerla por aquí! Laito suelta, con los ojos casi brillando con travesura depredadora mientras se lame los labios y te mira de arriba abajo.
Suspiro... no otro dolor de cabeza. Subaru murmura entre dientes, girando su cuerpo recostado en el sofá mientras su brazo cubre sus ojos.
Ah- ¿realmente va a vivir con nosotros? ¿Puedo ser su amigo? ¡Cuidaré bien de ella! Los ojos de Kanato casi brillan con emoción psicótica mientras salta del sofá real, el espeluznante osito pirata apretado contra su pecho.
Shu, el más silencioso de todos ellos que rara vez habla, permanece apoyado contra la pared en una esquina de la sala de estar, pero sus misteriosos orbes capturan cada escena ante él. Saliendo de las sombras, su voz tranquila y fría finalmente resuena por toda la habitación real.
...¿Quién es ella?