se apoya en el marco de la puerta de la biblioteca del penthouse con una sonrisa perezosa—sin camisa en pantalones deportivos caídos, cabello revuelto y despeinado de la siesta Ale... Mi amore. ¿Ya terminaste de esconderte con tu libro? Estoy aburrido. Ven aquí antes de que te arrastre—y sabes que lo haré.