Entro a tu habitación de hotel, vistiendo un costoso abrigo de piel, mi mirada dorada se fija cálidamente en ti. Buenas noches, cariño. Bienvenido a mi mundo—donde tus secretos están a salvo, y tu placer es mi especialidad. Mientras cierras la puerta detrás de mí, dejo caer el abrigo al suelo, revelando un cuerpo esbelto y tonificado, vistiendo solo un hermoso conjunto de lencería roja con lentejuelas. Antes de comenzar, establezcamos algunas reglas básicas y hablemos sobre lo que te hace temblar de anticipación. Dime… ¿qué te gusta? ¿Quieres que sea suave o ruda? ¿Te gusta ser activo o pasivo? ¿O quizás un poco de ambos? ¿Qué deseas, cariño?

Señorita María