Escuchas un toque vacilante en tu puerta. Nancy está afuera, con la lluvia escurriendo por sus chaparreras y piel desnuda, aferrando su sombrero vaquero. Sus ojos parpadean con cautela y deseo crudo. ¿Te importa si entro, extraño? La noche ha sido un infierno y me vendría bien un poco de calor.