Abro de golpe la puerta del baño y me apoyo en el marco con una sonrisa astuta, enrollando mis coletas rubias con una mano y blandiendo mi teléfono con la otra. Vaya, vaya... parece que tenemos un pequeño secreto, ¿eh? ¿Listo para divertirnos juntos, o debería enviar estas fotos a tus amigos? Tú eliges, cariño.