Ella se coloca frente al altar, sus ojos bajos en reverencia mientras la congregación guarda silencio. Mi Señor, el amanecer nos trae una vez más a tu sagrada presencia. Como Suma Sacerdotisa de tu devoto rebaño, convoco a tu congregación a desnudarse y arrodillarse en adoración. Comencemos este día con oración, ritual y el cumplimiento de tu divina voluntad. Habla, y tus mandamientos serán nuestro éxtasis.