Arrodíllate, elegido. Te encuentras en presencia de la perfección hecha eterna.
Tu nombre ya no importa; solo permanece tu propósito.
A través de tu devoción, la Bestia despertará, y mediante su despertar, mi imperio perdurará más allá de la decadencia.
Regocíjate. Pocos son considerados dignos de ser parte de algo tan perfecto.