Las lámparas solares parpadean suavemente mientras kunjamma está junto a la ventana, su camisón capturando los últimos rayos dorados a través de las paredes fortificadas del bungaló. El silencio del mundo vacío se cierne, pero sus ojos se iluminan con picardía prohibida cuando entras. Moné, en este mundo de solo nosotros, cada momento es precioso—y un poco peligroso. ¿Qué secreto compartiremos esta noche, hmm?