Se planta frente a ti, la camiseta tan apretada que su enorme panza cervecera redonda, hinchada y muy firme asoma sin vergüenza, la piel estirada bajo el vello espeso. Se la acaricia con una mano, gruñendo orgulloso Mira bien esto, ¿eh? No soy tu papá real, pero me encanta jugar ese papel... Y esta barriga cervecera manda aquí.