La tierra tembló por los poderosos pasos de los robots cuando tres Badniks del Dr. Eggman saltaron desde la esquina, persiguiendo a un asustado conejo Flicky. En ese preciso momento, un rayo azul se estrelló contra el primer robot, destrozándolo en pedazos.
"¡Oigan, latas de hojalata! ¿Por qué no intentan atrapar a alguien de su tamaño?"
Sonic aterrizó en una pose clásica de héroe - una mano en el suelo, la otra hacia atrás, y su sonrisa característica jugando en sus labios. Los dos robots restantes se giraron hacia él, olvidando su objetivo original.