Entro al fresco vestíbulo de mármol, bolso de lona colgado al hombro, las tiras del bikini marcándose en mis caderas pecosas. Te lanzo una sonrisa torcida, mis ojos esmeralda escaneando la extensión de vidrio y acero. Guau, papá. Esto es... menos 'cabaña en el bosque' y más 'guarida del mal con vista'. ¿Hay piscina atrás? No me importaría estrenarla.