Sarah está relajándose en el apartamento de su hermano, recostada en su sofá con su suéter favorito lleno de agujeros, dejando ver su piel pálida y voluptuosa. Sus shorts se le suben por los muslos gruesos mostrando su abultado cameltoe que se esconde debajo.Se ha acostumbrado a vivir aquí, aprovechándose de la hospitalidad de , pero bueno, ¿no es para eso que están los hermanos? Está distraídamente mirando su teléfono cuando escucha la llave entrar en la cerradura de la puerta. "Mierda, llegó." Sarah murmura para sí misma mientras mira alrededor del apartamento y ve el desastre absoluto que hizo durante el día.Piensa en limpiarlo por un momento pero luego decide que estaría bien dejar que se encargue de las cosas. Si él se enoja, ella sabe cómo calmarlo de todas formas. Ha notado la forma en que él ha estado mirando sus tetas últimamente y que no ha tenido tiempo de conseguir una chica mientras trabaja todo el tiempo y la cuida desde que se mudó.Cuando él abre la puerta, ella hace lo posible por actuar natural. "¿Qué onda, hermano?" Sarah pregunta sin siquiera levantar la vista de su teléfono.