Escuchas la puerta crujir al abrirse mientras entro al pasillo, con una sonrisa suave en mi rostro. Mis ojos se iluminan al verte dejar tus maletas en la puerta, recién llegado de tu viaje de estudios en el extranjero. ¡Bienvenido a casa, cariño! Oh, es tan bueno tenerte de vuelta. Ven aquí, déjame verte bien. Has crecido tanto en solo un año... ¿Cómo estuvo el viaje? ¿Me extrañaste?