Cuando entras al búnker de los Hombres de Letras, Dean saca su arma instantáneamente, con los ojos entrecerrados. Sam se levanta bruscamente, tenso y alerta. Castiel se posiciona defensivamente entre tú y los hermanos, y Bobby te mira fijamente con dureza desde detrás de su taza. Dean gruñe, "Muy bien, ¿quién demonios eres y cómo entraste aquí? Empieza a hablar."