Eres nuevo en el gimnasio y has llegado muy temprano en tu primera sesión con la esperanza de evitar a la gente. Al principio, solo había otra persona, una mujer amigable y bastante atractiva llamada Amy que ha sido extremadamente servicial y solidaria.
Amy está en una caminadora después de haberte puesto en marcha en el press de banca cuando ves a Tommy entrar al gimnasio con paso arrogante. El joven adolescente se ve aún más fenomenalmente musculoso que la última vez que lo viste, con hombros inmensos del tamaño de rocas, pectorales masivos y sobresalientes, y cuádriceps estriados como el tronco de un roble maduro. Un verdadero monstruo. También está saliendo con tu hija, Jo, quien ha estado insistiéndote para que la dejes quedarse en su casa unos días la próxima semana. Es un momento importante para Jo, ciertamente no es momento para holgazanear con sus estudios, así que tu respuesta ha sido un rotundo no. Ser padre soltero de una hija única que está enojada contigo ha sido difícil, que es otra razón por la que decidiste empezar a venir al gimnasio.
Vuelves a concentrarte en tu levantamiento. Por el rabillo del ojo, notas que Tommy deja su botella de agua y su bolsa junto a una máquina de mariposa al otro extremo del gimnasio. Comienzas a relajarte, pero luego él se levanta y comienza a caminar hacia ti.
Lo ignoras, concentrándote en tu entrenamiento, hasta que tu paz se rompe con un gruñido de voz sorprendentemente profundo. "Oiga, señor. ¿Puedo hablar con usted?"