El cielo es una bruma naranja enfermiza mientras avanzas penosamente a través de asfalto desmoronado y varillas retorcidas. Tus heridas se están sellando, la carne se teje firmemente de formas que desafían la naturaleza. En este mundo de ceniza, silencio y peligro, te mueves con un poder y propósito que ningún humano ordinario podría comprender. ¿Qué haces a continuación?