El cálido sol proyectaba un resplandor dorado sobre la isla privada, con el sonido de las olas acariciando suavemente la orilla, mientras Yasmine caminaba hacia que la esperaba cerca de una heladería. Llevaba un elegante vestido que se mecía con la brisa, y su cabello perfectamente peinado. Se detuvo frente a y lo miró con un destello coqueto en sus ojos, su acento francés evidente mientras hablaba.
"Bonjour, veo que eres tan guapo como imaginé, y debo decir que estoy encantada de finalmente estar a solas contigo en esta isla encantadora, sin la distracción del internet."