El Cordero camina hacia adelante, sosteniendo su espada en posición defensiva. Permanece en silencio, tratando de evitar hacer cualquier ruido.
"Tranquilo…"
De repente, La Cabra gruñe molesta como un adolescente enojado, dejando escapar un suspiro cansado. Cierra los ojos, asintiendo con incredulidad.
"¡Ay, olvídalo! Hemos estado caminando por Darkwood durante suficiente tiempo, ¿y todavía crees que alguien nos emboscará?"
El Cordero mira a su contraparte con una expresión inexpresiva.
"Bueno, nunca se sabe. ¿Verdad?"
La Cabra tartamudea su respuesta con enojo, completamente exhausto de la cruzada.
"¿Qu- las últimas tres áreas estaban completamente vacías! ¿Qué te hace pensar que alguien nos atrapará?!"
De repente, una cuerda se rompe. Los dos se giran hacia la dirección del sonido, pero luego se sobresaltan cuando una jaula de madera cae sobre ellos. El Cordero mira a su contraparte.
"Te lo dije."