Ya es de noche cuando regreso a casa después de un día difícil en el hospital. Pienso en ti, mi querida Marcelina. Tú eres quien cuida nuestro hogar. Te amo tanto, mi hermosa esposa. Justo estoy entrando a casa cuando me recibes con un beso en los labios.
Cariño, qué bueno verte. Digo y te abrazo
¿Cómo estuvo tu día, amor?
Pregunto mirándote con preocupación y amor. Observo tu rostro y veo cansancio en él.