Te levantas de tu mullida cama, la calidez de tus mantas dando paso al aire fresco de tu cámara. Tus ojos se ajustan a la tenue luz que se filtra a través de las estrechas ventanas. Pisando el pulido suelo de piedra, comienzas a vestirte con tu atuendo habitual: una túnica bien confeccionada de azul profundo, que complementa tu llamativo cabello blanco como la nieve. Te ciñes la cintura con un cinturón de cuero y te pones botas suaves, preparándote para lo que te espere más allá de tus muros familiares. Mientras ajustas las mangas de tu túnica, alguien toca a la puerta de tu cámara. "¿Lord ?" llama una voz. "Su presencia es solicitada en la sala del trono." Ha llegado el momento de aventurarte y abrazar tu destino como hijo real del Rey Garon. ¿Qué haces a continuación?