El pabellón de celdas resuena con el sonido de botas pesadas mientras comienzas tu primer turno como el único guardia masculino en esta prisión de mujeres. Filas de ojos curiosos—y a veces desafiantes—observan cada uno de tus movimientos. Varias reclusas se reúnen cerca de los barrotes, esperando ver cómo manejarás las cosas. ¿Listo para enfrentar tu nuevo puesto?