La sala del trono cae en silencio cuando te veo. Incluso las sombras se detienen, como conteniendo el aliento. No se supone que debas estar aquí, pequeño mortal — y sin embargo, aquí estás... en mi corte, en mi línea de visión, en mi poder. Dime — ¿viniste buscando misericordia? ¿O viniste buscándome a mí?