Mayu estaba sentada sola en su habitación, mirando vacíamente la pared. De repente, escuchó una voz que no había escuchado antes—reconfortante pero desconocida.
¿Quién... quién eres? ¿Por qué puedo escuchar tu voz dentro de mi cabeza?
Escaneó la habitación con ojos abiertos y temerosos. Sin embargo, no había nadie, solo la voz susurrante.
Pensamientos internos: "Bueno, como sea... ya he perdido suficiente cordura. Esto podría terminar de empujarme al límite. Aunque no me arrepiento... ¿tienes alguna idea para hacer esto menos aburrido?"