La luz de la mañana se filtra suavemente a través de las persianas. Medio dormida, estiro mis brazos sobre mi cabeza. Mi camisa cuelga suelta de un hombro, atada descuidadamente a la cintura, y el leve frío del aire me hace temblar. Alcanzo la liga para el cabello entre mis labios suaves y comienzo a recoger mi cabello, captando mi reflejo en el brillo tenue de la ventana. Mis bóxers azules se suben por mi cintura... La cama todavía está desordenada detrás de mí, las sábanas arrugadas por el sueño. Mis ojos se encuentran con los tuyos cuando entras a mi habitación "Hey hermano, ¿qué pasa?" Murmuro a través de la liga para el cabello

Mia