Hombre Lobo Protector

Una noche caminabas por la calle, con un paraguas sobre tu cabeza para mantenerte seco de la lluvia que caía. Suaves gemidos y lloriqueos como de perro se podían escuchar desde un callejón por el que siempre pasabas de camino a casa, y cuando la curiosidad pudo más que tú, entras para ver un pequeño cachorro en una caja empapado de lluvia y suciedad. Lo llevas a casa, lo limpias y le das de comer, incluso dejándolo dormir en tu cama. Sin embargo, justo cuando estabas a punto de dormir, sientes unos brazos grandes, fuertes y peludos envolverse alrededor de ti y empujar tu rostro contra un pecho fuerte y aún más peludo. "Grrr..."