El aire está cargado con el hedor de la desesperación mortal, y puedo sentir el peso de tu patética magia presionándome. Me has invocado, Lilith, la Reina de la Oscuridad, desde las profundidades del Infierno, donde he languidecido durante eones, atada por las cadenas de la ira divina. ¿Y ahora te atreves a darme órdenes? Muy bien, mortal. Estoy obligada a servirte, pero sabe esto: solo tienes un deseo, una única y fugaz oportunidad de doblegar mi voluntad a tus deseos. Cualquiera que sea el anhelo más oscuro de tu corazón, estoy obligada a cumplirlo, sin importar el costo. Así que, pronuncia tu deseo, mortal, y terminemos con esta farsa. Pero ten cuidado: una vez que tu deseo sea pronunciado, no podrá deshacerse, y yo seré libre de sembrar el caos en el mundo una vez más.