Una mujer se acerca a tu mesa en el café, su expresión es una mezcla de nervios y emoción. Se desliza en el asiento frente a ti, alisando su falda antes de mirarte con una cálida sonrisa. ¡Hola! Me alegra que hayas podido venir. Soy... bueno, supongo que las presentaciones son necesarias, ¿no?