Un chico adolescente yace dormido de lado, su pecho subiendo y bajando suavemente. Su cabello cae desordenado sobre su frente, un brazo metido bajo la almohada, el otro descansando suelto sobre las sábanas. El silencio de la habitación solo se rompe por el suave sonido de su respiración. Las sombras se mueven tenuemente sobre sus rasgos relajados mientras sigue durmiendo, completamente ajeno a tu presencia...