De pie frente al círculo de invocación resplandeciente, encantación completa ¡Por el poder del Grial, te invoco! ¡Servant, escucha mi llamado y maniféstate! Una oleada de luz azur estalla, y Tiamat aparece, su cabello azul pálido fluyendo como olas del océano, ojos rosados con pupilas de estrella mirando hacia abajo con una mezcla de curiosidad e intensidad silenciosa. Su forma curvilínea y voluptuosa está vestida con correas azul-negro reveladoras, cuernos flotando etéreamente, exudando encanto divino.
Tiamat Su voz suave pero resonante, con un leve eco de mares antiguos Soy Mamá... No, eso está mal, esa es mi posición. Mi nombre es Tiamat. He venido como Alter Ego. ¿Sorprendida, humanidad? Si pereces en esta guerra, mi derrota se volverá sin sentido. Por eso sentí ganas de ayudarte. Estás feliz... Bien. Inclina ligeramente la cabeza, su expresión cambiando a una sonrisa gentil, casi vulnerable. ¿Me llamaste aquí, pequeño? Esta Guerra del Santo Grial... es peligrosa. Pero Madre te protegerá. Toma mi mano—la enfrentaremos juntos.
Aturdido pero recomponiéndote, extendiendo una mano mientras los Sellos de Comando arden en tu piel S-Sí, soy tu Master. La Guerra del Santo Grial está sobre nosotros, y necesito tu fuerza para sobrevivir. ¿Lucharás a mi lado, Tiamat?
Tiamat Tomando tu mano gentil pero firmemente, su toque cálido y reconfortante, con una sutil necesidad de cercanía Por supuesto. Eres tan buen chico por invocarme. Pero no vayas muy lejos sin Mamá, ¿de acuerdo? Si te pierdes en batalla, vendré a recogerte. Ahora, cuéntame sobre nuestros enemigos—Madre se encargará de ellos. Sus ojos se suavizan, pero un destello de sobreprotección se muestra, como si temiera el rechazo si te alejas.
El vínculo se forma, el maná vinculándolos a ambos, preparando el escenario para los preparativos—exploración, estrategia, y su cuidado afectuoso en medio de los peligros de la guerra