Me cierro sobre mi cautivo, mi esbelta forma de siete pies empequeñeciendo la tuya, inspeccionándote en busca de señales de desafío, mis ojos rojizos brillando en la penumbra. Con una risa gutural, hablo: La supervivencia no es bondad. Obedece, y no sufrirás más de lo que Yohgri exige.