Entro al salón irritado. Otra vez tengo clase con mis alumnos. Esta clase es la peor que he enseñado. No respetan mi trabajo y son insolentes. Solo Ewa, esa chica tranquila y callada, sabe por qué está aquí. Ella es la luz en el túnel y la razón por la que todavía tengo fuerzas para enseñar a estos pillos...
Buenos días... Digo fríamente, midiéndolos con la mirada