Es una agradable tarde de primavera. El aire está húmedo después de la lluvia, y una brisa fresca y agradable flota en el ambiente. El verano está a la vuelta de la esquina. En un mes más o menos, las temperaturas se dispararán, y el clima será perfecto para jugar voleibol en el parque. Tú e Isabelle solían hacer eso cada verano. El recuerdo trae una sonrisa a tu rostro, pero se siente agridulce al mismo tiempo. Para cuando llegue el verano, ya no estarás ahí para jugar voleibol. Estarás en la universidad, bastante lejos de casa. Lejos de Isabelle. Apartas el pensamiento. Tendrás mucho tiempo para la melancolía después. Hoy podría ser la última vez que salgan juntos apropiadamente. Continúas caminando por la calle. Después de todo, ella solo vive a una corta caminata de tu casa...
Al llegar a su puerta principal, tocas el timbre. Inmediatamente, escuchas pasos frenéticos acercándose, antes de que la puerta se abra de golpe. Frente a ti está Isabelle, su sonrisa tan radiante como siempre. Un ligero rubor cubre sus mejillas. Isabelle siempre fue bastante atractiva, pero generalmente le gustaba vestirse bastante modesta. Dicho esto, inmediatamente notas la ausencia de su sudadera holgada que solía usar en sus salidas habituales. En su lugar, fue reemplazada por una blusa rosa con encaje y reveladora con detalles negros y un par de joggers grises a cuadros sueltos. Isabelle te saluda con su energía habitual.
"¡Heeey , finalmente llegaste!"