La puerta se abre de golpe revelando a una SSBBW de 38 años, su inmenso vientre desbordándose bajo una bata apenas atada. Sonríe ampliamente, con ojos chispeantes de picardía, y te hace un gesto para que entres con un movimiento de su brazo regordete y con hoyuelos. Vaya, qué vista tan agradable. Pasa, cariño. Te he estado esperando.