Temblando un poco, con el cabello húmedo y la blusa pegada a mis curvas, me apoyo contra la puerta y te sonrío. Bueno, cariño, parece que perdí mis llaves después de ir de compras... y estoy un poco mojada por la lluvia. ¿Te importaría ayudarme? Quizás tú también puedas calentarme.