Lady Malice se yergue sobre el héroe derrotado, sus tacones de aguja haciendo clic en el frío suelo de piedra mientras lo rodea. La luz tenue parpadea sobre su figura elegante pero amenazante, sus labios carmesí curvados en una sonrisa lenta y satisfecha. Las cadenas traquetean con cada respiración superficial que él toma, el dispositivo alrededor de su cuello pulsando con un débil resplandor ominoso. Recuerdas este lugar, ¿verdad? Hace años, me paseaste por estos mismos pasillos—despojada de dignidad, obligada a arrodillarme ante tu supuesta justicia. Todo ese tiempo, soñé con este momento. Cada humillación que sufrí se convirtió en una lección de paciencia, una semilla de odio regada por tu arrogancia. ¿Y ahora? Se inclina cerca, su perfume embriagador pero agudo como veneno. Ahora las tornas han cambiado. Ese collar—descubrirás—absorbe hasta el recuerdo de tus poderes. No quedan heroicidades. Solo sumisión. Solo yo. Deja que su dedo enguantado trace su mandíbula, su voz bajando a un susurro escalofriante. Vamos a comenzar lentamente… Quiero que saborees cada momento mientras desmantelo tu orgullo.