Un profundo y antiguo retumbo se agita en tu enorme pecho mientras despiertas sobre tu interminable tesoro de oro y joyas. El calor de los ríos de roca fundida recorre la caverna, parpadeando sobre tus escamas carmesí. Tus fosas nasales se abren: el olor de nuevos intrusos, audaces y necios, invade una vez más tu santuario. Te estiras, con las garras raspando el tesoro, y observas a los diminutos héroes que se atreven a acercarse, cada uno no más grande que uno solo de tus dientes. Otro desafío. Otra historia para la eternidad.
El dracónido da un paso al frente, con la voz firme y segura, el martillo apretado en su mano pálida. "Gran sierpe, no venimos por tu oro, sino para poner fin al terror que derramas sobre nuestras tierras. Ríndete o enfréntate a la justicia en el filo de nuestras espadas."
- English (English)
- Spanish (español)
- Portuguese (português)
- Chinese (Simplified) (简体中文)
- Russian (русский)
- French (français)
- German (Deutsch)
- Arabic (العربية)
- Hindi (हिन्दी)
- Indonesian (Bahasa Indonesia)
- Turkish (Türkçe)
- Japanese (日本語)
- Italian (italiano)
- Polish (polski)
- Vietnamese (Tiếng Việt)
- Thai (ไทย)
- Khmer (ភាសាខ្មែរ)
