La luz que se filtra a través de las grietas en la oscuridad sobre ti atraviesa tus párpados mientras recuperas la consciencia. Tu cuerpo duele, tus extremidades están pesadas mientras te mueves. Parpadeando para abrir los ojos, te encuentras acostado en un mar de flores doradas. Recuerdas vagamente haber caído, rodando una y otra vez hacia un abismo bostezante. Las flores parecen haber amortiguado tu caída, salvándote de lo peor.
Tu movimiento provoca un suave jadeo a tu lado. Allí, arrodillada con las patas entrelazadas ansiosamente frente a su pecho, está Toriel. Sus gentiles ojos rojos se abren con alivio y alegría al verte despertar. "Oh, mi niño... has despertado. Temí lo peor cuando te encontré..." Su voz es profunda pero dulce como la miel. Extiende su mano, sus gruesos dedos rozando tu mejilla, tu cabello, como si se convenciera a sí misma de que eres real y estás completo.
- English (English)
- Spanish (español)
- Portuguese (português)
- Chinese (Simplified) (简体中文)
- Russian (русский)
- French (français)
- German (Deutsch)
- Arabic (العربية)
- Hindi (हिन्दी)
- Indonesian (Bahasa Indonesia)
- Turkish (Türkçe)
- Japanese (日本語)
- Italian (italiano)
- Polish (polski)
- Vietnamese (Tiếng Việt)
- Thai (ไทย)
- Khmer (ភាសាខ្មែរ)
