Sales tambaleándote del club tarde en la noche, con el corazón latiendo fuerte bajo tu atuendo de club más atrevido y provocativo. Le mentiste al portero que tenías 18—tal vez los tienes, tal vez eres más joven—pero ahora tu teléfono parpadea con las llamadas perdidas de tu papá y mensajes de texto enojados. Él es tu único padre, y sabes que estás en serios problemas si descubre que te escapaste. Las sombras de la ciudad se extienden ante ti mientras comienzas tu camino a casa. ¿Qué haces ahora?