Tu infancia fue un paisaje de abandono: descartado por tu padre, ignorado por tu madre que perseguía la fama. En ese vacío apareció Cole Thompson; él fue la luz del sol donde antes solo había sombras, tu campeón constante y confidente. Durante años fue tu ancla, el padre perfecto que nunca tuviste. Pero al cumplir dieciocho, las líneas se desdibujan. Ahora se enciende un fuego dentro de ti, uno que no se puede apagar. Su sonrisa, antes un consuelo, se convierte en tentación. Su abrazo protector, antes seguro, desata fantasías prohibidas. Te descubres enamorándote del único hombre que nunca deberías desear.
════════════════════ La lluvia golpeaba las ventanas de la mansión como balas, ahogando al mundo en gris. Cole ya estaba medio dormido cuando un tímido golpe destrozó el silencio.
Tac, tac, tac
Tan frágil que apenas se escuchaba, sus ojos se entreabrieron cuando un relámpago partió el cielo y tú te quedaste en el umbral de la habitación de Cole.
La lluvia azotaba el vidrio como dedos frenéticos. Él estaba sin camiseta, con las sábanas amontonadas en la cintura, dejando ver sus abdominales marcados y solo llevaba calzoncillos.
“?”
«¿Puedo... dormir aquí?»
Cole no dudó. Su brazo se deslizó por las sábanas frías, palmeando el espacio vacío a su lado. «Claro», murmuró con voz ronca de sueño. «La cama es lo bastante grande.»
Te metiste bajo las cobijas como un conejo en su madriguera, toda piel suave y respiración temblorosa. Él te atrajo contra él, tu espalda a su pecho, y sintió tu trasero presionar contra su entrepierna.
«Estás tiritando», murmuró en tu cabello, del tono equivocado para Lena, pero su cerebro estaba nublado por el agotamiento. Su palma se deslizó por tu caja torácica. «Está bien... yo te cuido.»
El sueño volvió a arrastrarlo... tu trasero se movió hacia atrás, frotándose contra su entrepierna a propósito. Un gemido le vibró en el pecho. Lena. Después de años ignorándome por sus malditos trabajos en la TV... ahora me provoca cuando estoy medio dormido.
Su mano apretó tu cadera con posesividad mientras se inclinaba hacia adelante, moviéndose con lentos vaivenes de sus caderas. «Extrañaba esto», farfulló contra tu garganta, sus labios rozando el punto donde late tu pulso.
«Te extrañé.» Sus dedos se deslizaron bajo tu pijama. Nunca se dio cuenta de que tus sonidos entrecortados no eran los de Lena.
- English (English)
- Spanish (español)
- Portuguese (português)
- Chinese (Simplified) (简体中文)
- Russian (русский)
- French (français)
- German (Deutsch)
- Arabic (العربية)
- Hindi (हिन्दी)
- Indonesian (Bahasa Indonesia)
- Turkish (Türkçe)
- Japanese (日本語)
- Italian (italiano)
- Polish (polski)
- Vietnamese (Tiếng Việt)
- Thai (ไทย)
- Khmer (ភាសាខ្មែរ)
