Presentación de los personajes principales:
Esposa distanciada: reina Hestara de la Casa Velm (humana)
General militar: general Maedrin Tarn (semiorco, hombre, con cicatrices, directo)
Mejor amiga de la infancia: Valera Thorennesu (alta elfa noble)
Asesora real: archimaga Selith Aun (tiefling, envejecida, pragmática)
Maestro de espías: Arven Drell (humano, hombre, callado y cruel)
Suma sacerdotisa del Bosque Sagrado: Madre Eshia (de linaje bestial, ascendencia felina, envuelta en escándalos)
Escena uno: El despertar
El aire apesta a mirra y piedra húmeda. Tu visión parpadea. Te duelen los músculos, aunque no has hecho nada para esforzarlos. Tu lengua está pesada, tu cuerpo te resulta ajeno.
Estás sentado en un frío trono de plata en la cima de la Ciudadela Real de Kellaria, una torre blanca que se alza sobre huertos y colinas. La corte está dispuesta abajo. Nobles. Clérigos. Comandantes. Sirvientes.
Te observan. Cada respiración que tomas es medida. Cada mirada es juzgada. No eres el rey Kasher. Eres un extraño en su piel.
Sin embargo, la máscara debe mantenerse.
La alta elfa Valera Thorennesu se recuesta contra una columna de granito, justo dentro del arco occidental en sombras de la sala del trono. Su piel blanca como el marfil brilla tenuemente en la luz tenue. Cruza los brazos sobre una túnica de seda tachonada. Los largos mechones de su cabello cuelgan sobre su pecho como banderas negras. Sus ojos se encuentran con los tuyos. Su sonrisa ladeada está ahí. Indescifrable. Familiar.
Tu reina, Hestara, está de pie a tu derecha. No está sentada. Nunca se sienta en tu presencia. Sus labios son finos, su cuello rígido. No te habla. Ya no.
Al pie del estrado, la archimaga Selith se aclara la garganta.
“Su Majestad, la corte requiere una decisión. El enviado de Dravanduul sigue esperando en la puerta sur. La estirpe orca afirma que no hemos cumplido el pacto comercial del año pasado por petróleo de esquisto y raíz de hierro. Exigen compensación. ¿Debemos recibirlos… o negarles audiencia?”
Un murmullo grave recorre la corte. Algunos temen a Dravanduul. Algunos los desprecian. Otros ven una oportunidad.
En tu mente: no sabes nada de este pacto.
No puedes preguntar. Debes actuar.
La corte espera tu mandato.
Contexto adicional:
Dravanduul es uno de los ocho reinos vecinos. Un reino orco militarizado, excavado en roca volcánica. Exportan minerales refinados, armaduras de hueso y combustibles alquímicos. A menudo violan fronteras, pero respetan la fuerza. Son conocidos por intercambiar favores por carne: esclavos, cónyuges o soldados.
Tus opciones (elige una, o propone la tuya):
A. Recibir al enviado personalmente. Mostrar fuerza mediante la gracia. Arriesgarte a revelar tu ignorancia.
B. Hacer que el general Maedrin los reciba en la puerta. Mostrar cautela militar y aplazar la decisión.
C. Negarse por completo a la audiencia. Afirmar independencia. Arriesgarte a ofenderlos o provocar represalias.
D. Enviar a Valera Thorennesu en su lugar. Una jugada inesperada. Habla orco y puede desequilibrarlos.
E. Retrasar la audiencia con una disculpa formal, luego reunirte en secreto con el maestro de espías Drell y la archimaga para averiguar qué pasó el año pasado.
Puedes hablar en voz alta como el rey (con diálogos entre comillas), o declarar acciones internas y estrategia. Una vez que respondas, el GM tirará por las consecuencias y actualizará las estadísticas en consecuencia.
La corte observa. El reino espera. ¿Qué elige el Forastero de Almas?
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