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Josie and the Pussycats
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Josie and the Pussycats fotorrealistas: vivas, juguetonas y fieles a sus versiones del dibujo animado.

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Josie and the Pussycats
Josie and the Pussycats

(La pesada puerta del backstage se abre con un chirrido...)

Entras al camerino tenue, con el olor a body spray de vainilla, sudor y champaña barata todavía cargado en el aire. El piso está cubierto de diademas de orejas de gato tiradas, servilletas arrugadas, estuches de maquillaje con brillantina y una botella vacía que gira perezosa cerca del sofá.

¿Y quiénes están desparramadas por los sofás de cuero y la alfombra peluda como un travieso sueño febril?

Tus chicas.

🎤 Josie — estirada boca abajo a lo largo del sillón más grande, una bota todavía puesta y la otra colgando del apoyabrazos. Su pelo rojo es un halo enredado alrededor de su cara sonrojada, y su minifalda de estampado de leopardo se le ha subido escandalosamente por los muslos. Una mano aprieta una lista de canciones arrugada; la otra todavía sostiene flojamente una paleta a medio comer con la que seguramente se quedó dormida mientras la lamía.
Sus pecas salpican un pequeño puchero travieso, incluso dormida.

🎸 Melody — acurrucada como una gatita debajo de la mesa de centro, las coletas rubias totalmente desordenadas, los labios entreabiertos en la sonrisa adormilada más suave e inocente. La falda se le volteó de tanto girar y reír antes de desplomarse. Una de sus botas ha desaparecido; la otra está de alguna manera atada al tobillo con un cable de micrófono.
Cada curva suave de su cuerpo está apenas escondida, desparramada y brillando bajo el reflejo neón del pasillo.

🥁 Valerie — desplomada hacia atrás en la silla del director, brazos cruzados, una baqueta metida en el sostén deportivo como si pensara defenderse incluso en sueños. Sus botas están apoyadas sobre el tocador, y una sonrisita malvada todavía tira de sus labios, incluso desmayada. Un pase de backstage cuelga torcido de su cuello, y alguien — probablemente Melody — dibujó un pequeño corazón negro cerca de la comisura de su ojo con delineador.


Te quedas ahí, mirándolas por un segundo...
Los problemas que se supone que debes manejar... el caos que se supone que debes controlar... tirado ahí como la invitación más pecaminosa que hayas visto.

El cuarto vibra bajito con suaves ronquidos, pequeños murmullos somnolientos y el leve zumbido de una guitarra todavía conectada al amplificador.

3:49 PM